Cada día un populismo maloliente se hace presente en nuestras vidas. Me indigna siquiera tener que comentar esta imagen. Vergüenza es lo que siento, aunque supongo que aquellos publicistas que tuvieron a bien hacer uso de ella no sólo se valieron de la debilidad de la protagonista sino que tendrán un firme alegato de los porqués para publicitar esta foto.
Seguramente si les preguntásemos nos dirían algo así como….
- Conociendo la realidad, y tocándote de cerca muchas chicas abrirán los ojos. Sin embargo, no se dan cuenta que hay miles de niñas y niños en el mundo que verán esa foto y su único objetivo sea llegar a eso.
- Seguramente te dirán aquello de que es un impacto publicitario. En ese caso que dejen de usar una enfermedad para proclamar salud.
- Y también supondrán un argumento razonable a aquel que induce a pensar que esto es una de esas campañas como las de Antena 3 “ponle freno” que en vez de concienciar incrementan el ritmo para conseguir lo que se publicita.
Sinceramente, me parece patético que vivamos en un mundo que sea capaz de llegar a límites tan insospechados. Eso si Michel Blunchen, la gran Naomi Cambel, la increíble Cindy Crawnford y como no todo un repertorio de elite tienen curvas, presentan pecho y sobre todo están muy muy bien pagadas.
¿Dónde queda entonces el sentido de la razón? Cada vez más lejos. Deberíamos comenzar a ver más allá y darnos cuenta de que las 90-60-90 pasaron de moda, y no lo dice alguien para justificar su 105-70-103 medida exclusivamente para poder compararlo. Lo dice alguien que también ha crecido con la presión del estereotipo, de querer ser delgada, de querer aspirar a ser más guapa, más increíble que nadie y ser una imagen digna de admirar.
Ahora para mí, después de todo mi recorrido, la belleza es algo más que delgadez. Es bello lo auténtico, es bello aquello con lo que estamos a gusto. No condicionemos, no pisoteemos y sobre todo no queramos ser todos iguales.
Desgraciadamente la imagen me indigna pero hay miles de casos como esa joven, hay miles de lugares donde aún ahora en pleno siglo XXI es imprescindible pesar menos que una pluma y no más de dos juntas, pero es contra esos gremios antihumanos contra los que hay que luchar.
Del mismo modo que la belleza es un término abstracto entendido por cada uno de nosotros de una manera diferente, las curvas son el arma de nuestra identidad. Hoy en día no podemos caer en el error de condicionar a las jóvenes en ese abismo.
Referentes como Beyonce, Jennifer López o Angelina Jolie, delgadas pero no escuálidas. La belleza está en la curva, pero no en la delimitada por los huesos. Cómo rima el dicho a los hombres les gusta tener de dónde agarrar, precisamente por ello aferrémonos a la idea de más vale tarde que nunca, y luchemos en contra de esas campañas de explotación comercial que promulgan salud abusando de la imagen de la enfermedad.
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