viernes, 22 de enero de 2010

NO al derecho a la Copia

Tuve que leer dos veces la noticia antes de poder creer lo que estaba pasando. Hace un par de días el Diario público el País recogía una noticia dónde la libertad se había confundido con el libertinaje hasta tal extremo que los alumnos tenían reconocido el derecho a copiar, nada más y nada menos.

Como estudiante, podría decir que es estupendo, liberación ante esas fechas en las que el estrés y la ansiedad acompañados de un poco de mal humor se hacen nuestros inseparables amigos. Podría llegar incluso a creer que a través de este método se hace patente y queda constancia de que todos los alumnos tendrán las mismas oportunidades no sólo para aprobar los exámenes sino también para obtener unos resultados ecuánimes para todos. Incluso podría llegar como estudiante que soy a defenderlo.

Sin embargo me indigna. Y en mi caso es por el doble ataque que sufro. Soy estudiante de magisterio por vocación, quizá ese sea el primer punto de partida. Creo que la educación es la herramienta que nos ayuda a formar al ser humano íntegramente, que hace único al estudiante y que por sí mismo con la ayuda de un maestro guía su proceso en busca de todas sus capacidades y potencialidades. A fin de cuentas, será uno de esos ciudadanos del mundo, y por ello, ha de estar preparado para su vida en “sociedad”. Una vida que muchos ni están ni conseguirá estar preparados para afrontar, sobre todo si de este planteamiento se trata.

Como futura maestra yo me pregunto ¿es eso lo que queremos trasmitir a nuestros alumnos? Si no quieres estudiar copia…por esa regla de tres podríamos decir si no quieres trabajar “roba” y si no tienes dinero “estafa”. ¡No, no y no! Y rotundamente me reitero. ¡No! Se acabó el hablar del estado del bienestar, se acabo de hacer concesiones y se acabo el círculo vicioso de cuanto más te pido más me dan. ¿Qué tipo de crédito se le da a mi profesión? Esta es la segunda cuestión por la que me siento ofendida, indignada y atacada. La presunción de inocencia…es un principio casi un derecho fundamental para todo ser humano. Pero, en este caso, siempre se ha sabido que los alumnos han copiado, ¿y cuándo se le reclamó al maestro que demostrará qué así era? En ningún caso, porque aún la palabra de un profesor no se alzaba bajo el manto de la doble moralidad que nos quieren vender. Ahora va a resultar que en vez de demostrar el alumno que es digno representante de su calificación, como ha sido hasta entonces, va a ser el maestro quién demuestre si es o no real la picaresca que muchos alumnos demuestran.

Pero lo que me indigna, lo que me repatea y lo que puedo decir me molesta es que esta propuesta se salta las libertades individuales, machaca el sacrificio de quién se esfuerza y demuestra que de nada sirve tener en cuenta la norma y la ley porque esta no demuestra la rigurosidad que le caracteriza en momentos como este. Éticamente, me parece inadmisible, moralmente me parece vergonzoso y personalmente, he de decir que si eso es lo que vamos a tener que mostrarles a los que serán los adultos del mañana quizá sea el momento de pararse y considerar que me equivoqué de profesión. Creo que la educación ha de ser algo más que la fábrica de robots que pretende ser y mucho menos el agujero negro de ruegos y preguntas que dan concesiones a unos cuantos y le restan importancia a quién realmente la profesión es algo más que una fuente lucrativa de ingresos a fin de mes. ¡GRACIAS! Aunque sea simplemente por haber leído toda mi valoración y haber llegado hasta aquí.

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