domingo, 3 de enero de 2010

Sesión 3- El Cuerpo poderoso

Llegó el día en que tuvimos nuestra última sesión sobre el cuerpo. Estaba impaciente de verdad, porque me sorprendía a mi misma pensar en los días pasados y la reacción que habían provocado en mi interior las dos anteriores. Que recuerdos que había creído olvidar, y que quién sabe por qué llegaron de nuevo a mi mente, con la necesidad incipiente de compartirlos.

Pues bien, para la última sesión lo que necesitamos fue una barbie. Claro yo tengo un problema grande, nunca he tenido barbies porque no me gustaban. No tengo hermanas, ni primas y tampoco vecinas en edad que me puedan prestar una. Y a mi pequeña vecina le pasa lo que a mí, la va mucho más el rollo de dar papillas, y cambiar pañales al nenuco.

Finalmente, mi abuela me dijo que la única barbie que había tenido estaba en su casa, y que la tenía encima del tocador. Así que a casa de mi abuela que me dirigí para hacerme con la muñeca. Esta es mi muñeca…no es una barbie al uso pero sí tengo recuerdos de haber jugado con ella.

Cogí la muñeca y me pareció absurda la actividad ¿cómo iba a sentirme yo representada por una muñeca de no más de 20 cm?

Sin embargo la clave estaba en trasladar a ella tu vulnerabilidad. Cogí un trozo de tela pero no me convencía el resultado, tape los hombros, los brazos, las piernas y pensé que toda yo, en mi globalidad era vulnerable. No, no, no me recordé, No iba a caer en el error de pensar otra vez en cosas que no eran siquiera importantes para mí. Al final, comencé a pensar que rasgos me gustan de mí, como resaltar las partes de mi cuerpo y sin más surgió el siguiente resultado.

En primer lugar vendé las piernas. Para mí aunque a veces no lo parezca supone todo un reto vestir una falda, o ponerme unos pantalones cortos. ¿por qué? Siempre he creido que tenía piernas de futbolista, porque he bailado mucho, he hecho mucho deporte a lo largo de toda mi vida y tengo las piernas muy desarrolladas, lo que se dice nada femenino. Claro que el resto de la gente, de manera complaciente, se dedican a recalcar la idea que es una visión que tengo yo y que para nada es tan exagerado como yo hago entender.

Y posteriormente, decidí vendarme el pecho y el hombro. Porque ahora bastante menos, pero siempre he sido una niña rellenita, con unos kilitos de más, y siempre he padecido de dolor de espalda. En concreto de horribles dolores de espalda y contracturas en el hombro, lo cual es evidente se justifica por el peso del pecho. Dolores que han desaparecido por el tiempo al igual que unos cuantos kilos de más que decidí quemar a base de dietas, deporte y hambre, mucha hambre.

En cuanto al vendado de los pies, tiene una explicación mucho más sencilla. Soy fiel de los tacones y cuantos más altos mejor. Supongo que no es necesario explicar más….hay días en el que ni los baños de sales más relajantes hacen que se me relajen los dolores, pinchazos y demás sufrimientos que conlleva usar tacones.

Terminada la primera fase, inicié la segunda. Me arme de valor, recogí unas cuantas telas que había por mi casa y me di a la labor de crear un atuendo apropiado a mi pequeña blancanieves. Sobre todo porque debía ser una ropa que fuera conmigo, sobre todo porque me apetecía mucho hacer la actividad muy personal, muy mía.

Haciendo uso de un juego que me regalaron de pequeña llamado crea tu moda, que vino seguido del diseña tus flores, y el laboratorio de los olores, el cual hacía años que no usaba cree de manera rápida un par de patrones. Estos son los conjuntitos que con poco más de dos días he hecho para mi muñeca. Una sabana de encaje horrible, un trozo de lazo rojo, el remiendo de unas toallas viejas y un paño de cocina y un trozo de forro para camisas me sirvieron para elaborar un vestuario del que ahora me siento orgullosa. Me costó un poco recordar cómo se daban las puntadas, y como hacer punto cruzado o punto plano pero finalmente lo conseguí, cómo siempre valorad vosotros el resultado. En este caso yo no puedo ser objetiva.

VALORACIÓN PERSONAL

Finalizada la actividad he de decir que me siento contenta con los resultados obtenidos, personalmente me ha encantado hacer este taller sobre el cuerpo, y curiosamente, me ha recordado sentimientos y momentos en los que no pienso todos los días.

Siempre he dicho que soy una persona que se ha hecho a sí misma y se siente orgullosa de lo que es. En verdad me doy cuenta que lo que realmente hago en mi día a día es explotar al máximo lo mejor de mí misma, ocultando miedos, dejándolos enterrados en el baúl de los recuerdos. Creo que me siento fuerte cuando los demás no me saben vulnerable, y creedme cuando os digo que soy la persona más cobarde, más miedica y más vulnerable que os podáis imaginar.

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